jueves, 29 de enero de 2009

Romanticismo

El liberalismo moderado: 1836, año en el que nace Bécquer, es también el año del motín de la Granja. Un grupo de sargentos progresistas impone a la reina regente María Cristina la constitución de 1812. Este hecho es la culminación de varios levantamientos en varias ciudades, es significativo de lo que será la situación política durante todo el siglo: el conflicto permanente entre lo que serán las dos ramas del liberalismo, la moderada y la progresista.

Este conflicto sucede al que, desde la guerra de la Independencia, enfrenta a liberales (Partidarios de una constitución que reconozca los principios de la soberanía nacional y consagra las libertades) con los del bando absolutista (defensores del poder absoluto de la monarquía, y de la alianza de la corona con la iglesia). En el año 1836 el liberalismo a triunfado, aunque los absolutistas continúen oponiéndose a él. La forma más violenta de esta oposición la representa el carlismo. Faltan, en 1836, tres años para que la primera de las cuatro guerras carlistas, que ensangrentarán el país, acabe, con el convenio de la Vergara.

La era isabelina: La regencia progresista del general Espartero suceden los moderados. La revolución de 1854 inaugura un bienio progresista y, desde 1856 y hasta 1868, se alternan los progresistas y la centrista <> de O´donell. Es la era de Isabel II, que ha subido al trono en el 1844, los años de la moderación, los de la Constitución de 1845 con sus restricciones al sufragio y la soberanía nacional; los años en los que vive y escribe Bécquer.
El enfrentamiento absolutismo-liberalismo es la expresión de un problema más profundo: La crisis del antiguo régimen y el advenimiento de una nueva sociedad, burguesa e industrial.

Una economía basada en la agricultura, una sociedad rural, una cultura tradicionalista y religiosa, van ha ser sustituidas por una sociedad que se hace tímidamente urbana, financiera e industrial; la máquina de vapor y el ferrocarril cambian el horizonte económico y social; las antiguas creencias se adaptan a los nuevos intereses. Nuevos sectores sociales se crean y en los estamentos dirigentes algo cambia: la iglesia pierde gran parte de su poder económico y la aristocracia lo consolida enriqueciéndose con la compra de las propiedades eclesiásticas, a partir de la Desamortización de Men

Mariano José de Larra

Mariano José de Larra y Sánchez de Castro (Madrid, 24 de marzo de 1809Ibídem, 13 de febrero de 1837) fue un escritor y periodista español y uno de los más importantes exponentes del romanticismo español.

Es considerado junto a Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro, la más alta cota del romanticismo literario español. Periodista, crítico satírico y literario, y escritor costumbrista, publica en prensa más de doscientos artículos a lo largo de tan sólo ocho años. Impulsa así el desarrollo del género ensayístico. Escribe bajo los seudónimos Fígaro, Duende, Bachiller y El pobrecito hablador. De acuerdo con Iris M. Zavala, Larra representa el «romanticismo democrático en acción». Lejos de la complacencia en las efusiones del sentimiento, Fígaro sitúa España en el centro de su obra crítica y satírica. Su obra ha de entenderse en el contexto de las Cortes recién nacidas tras la década ominosa (1823–1833), y de la primera guerra carlista (1833–1840).

Tras el temprano suicidio de Larra a los 28 años de edad, José Zorrilla lee en su entierro una elegía patética con la que se da a conocer.

En 1908 algunos de los representantes de la generación del 98, Azorín, Unamuno y Baroja, llevan una corona de flores a su tumba, homenaje que significa su redescubrimiento y la identificación del grupo con el pensamiento de Larra y con su preocupación por España.+


Gustavo Adolfo Bécquer


Nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, hijo del pintor José Domínguez Insausti, que firmaba sus cuadros con el apellido de sus antepasados como José Domínguez Bécquer. Su madre fue Joaquina Bastida de Vargas. Por el lado paterno descendía de una noble familia de comerciantes de origen flamenco, los Becker o Bécquer, establecida en la capital andaluza en el siglo XVI; de su prestigio da testimonio el hecho de que poseyeran capilla y sepultura en la catedral misma desde 1622.

Fue bautizado en la parroquia de San Lorenzo Mártir. Sus antepasados directos, empezando por su mismo padre, José Domínguez Bécquer, fueron pintores de costumbres andaluzas, y tanto Gustavo Adolfo como su hermano Valeriano estuvieron muy dotados para el dibujo. Valeriano, de hecho, se inclinó por la pintura. Sin embargo el padre murió el 26 de enero de 1841, cuando contaba el poeta cinco años y esa vocación pictórica perdió el principal de sus apoyos. En 1846, con diez años, Gustavo Adolfo ingresa en el Colegio de Náutica de San Telmo, en Sevilla, donde recibe clases de un discípulo del gran poeta Alberto Lista, Francisco Rodríguez Zapata, y conoce a su gran amigo y compañero de desvelos literarios Narciso Campillo. Pero los hermanos Bécquer quedaron huérfanos también de madre al año siguiente, el 27 de febrero de 1847, y fueron adoptados entonces por su tía María Bastida y Juan de Vargas, que se hizo cargo de sus sobrinos, aunque Valeriano y Gustavo se adoptaron desde entonces cada uno al otro y emprendieron de hecho muchos trabajos y viajes juntos.


El teatro Romantico:El duque de rivas

EL DUQUE DE RIVAS

(1791-1865)
El Duque de Rivas; Ángel Saavedra, Nació en Córdoba. Perteneció al partido liberal, lo que lo coloca en oposición a Fernando VII. Por esto, tiene que irse al exilio. Recorrió Malta, Francia, Inglaterra e Italia. En todos estos lugares estableció contacto con escritores que cultivaron el Romanticismo.

Al regresar a España , su éxito fue rotundo. Además de sus obras dramáticas, el Duque de Rivas escribió poesía. Sobresale por sus romances históricos, destacando entre ellos Un Castellano Leal y La Antigualla de Sevilla. También escribió leyendas, como hacen y harán sus coetáneos románticos, entre ellos Zorrilla. Muere en Madrid, siendo Director de la Real Academia de la Lengua.

ESPRONCEDA:

(Almendralejo, España, 1808-Madrid, 1842) Poeta español. Hijo de una familia hidalga de fuerte raigambre militar, estudió con Alberto Lista, de quien se convirtió en aventajado discípulo. Desde muy joven se sintió atraído por la literatura y por la actividad política, aficiones ambas que definirían su carrera futura. En 1823, y a raíz de la ejecución del general Riego, fundó, junto a Patricio de la Escosura, una sociedad secreta en pro de la libertad cuyos jóvenes miembros se hacían llamar los Numantinos. La represión política que siguió al trienio liberal motivó su encierro en un convento de Guadalajara, donde emprendió la redacción de Don Pelayo, poema épico de corte neoclásico que dejó inacabado. Tras recobrar la libertad, regresó a Madrid, pero los acontecimientos políticos del país lo impulsaron a marchar al extranjero. Partió hacia Gibraltar, y de allí pasó a Lisboa, de donde fue expulsado, por lo que hubo de refugiarse en Londres, por aquel entonces punto de reunión de los liberales españoles, en cuyas reuniones participó. En Londres conoció a Teresa Mancha, con quien mantuvo una accidentada relación sentimental. Informado de los acontecimientos revolucionarios que se producían en julio de 1830 en París, allí acudió para participar y, poco después, formó parte de la frustrada expedición liberal del coronel Chapalangarra que intentó entrar en España. Durante su ausencia de Londres, su antigua amante, Teresa, había contraído matrimonio con un comerciante, por lo que ambos decidieron fugarse juntos.

Rosalía de Castro

(Santiago de Compostela, 24 de febrero de 1837 - Padrón (La Coruña), 15 de julio1885) poetisa y novelista española en lengua gallega y castellana. Se trata de la figura central del rexurdimento de la literatura gallega en el siglo XIX, autora de Cantares gallegos (1863), obra fundacional del mismo al ser uno de los primeros libros enteramente escrito en gallego de la Edad Contemporánea. de

ue bautizada con los nombres de María Rosalía Rita. Hija de madre soltera (María Teresa de la Cruz de Castro), perteneciente a la baja nobleza gallega, tradicionalmente se ha venido sosteniendo que su padre fue el sacerdote José Martínez Viojo, si bien no existe ninguna prueba documental acerca de la paternidad de éste. Contrariamente a lo que se vino diciendo durante décadas -que se había criado con sus tías paternas en la aldea de Ortoño, pasando a vivir con su madre a los 10 años-, tras los trabajos llevados a cabo por Victoria A. Ruiz de Ojeda sabemos que la infancia de Rosalía transcurrió siempre al lado de su madre, en Padrón. Trasladadas madre e hija a Santiago de Compostela -a una edad difícil de precisar-, en todo caso, Rosalía ya figura, a los 17 años, como partícipe de las actividades del "Liceo de San Agustín". En esa época, sabemos que le gustaban el dibujo, la música y la declamación y, de hecho, participó como actriz en representaciones no profesionales. Contrae matrimonio con Manuel Murguía, erudito cronista de Galicia, al que conoció en Madrid. Al año siguiente da a luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir seis hijos más. Vive dedicada a su hogar, a sus hijos y a su marido, pero, debido a los variados puestos de Murguía, el matrimonio vive largas temporadas separado. Esto no fue impedimento para que su marido fuese no solamente el que dio a la imprenta sus Cantares gallegos, sino un constante impulsor de la obra de Rosalía. Cambió de domicilio varias veces, entre Madrid y Simancas, pero en ningún lugar se encontró mejor que en su Galicia natal de donde no salió a partir de 1868.

Rosalía nunca disfrutó de una buena salud, estuvo luchando siempre con la enfermedad y a menudo con cierta penuria. En sus obras puede apreciarse su gran personalidad, su carácter recio y una profunda empatía con los desvalidos (en concreto, con la emigración de los campesinos gallegos).

Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años en su casa de Padrón, que hoy es un museo. A pesar de que pidió que sus restos descansaran en su cantado cementerio de Adina, en Iria Flavia, en 1891 su cuerpo fue exhumado y trasladado al Panteón de Galegos Ilustres en la Iglesia de Santo Domingo de Bonaval (Santiago de Compostela), donde actualmente se encuentra en 2008.


Rosalia de Castro

Rimas Bécker............

a)Sobre La Poesia:

I

Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de este himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.


Yo quisiera escribirlo, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.


Pero en vano es luchar; que no hay cifra
capaz de encerrarlo, y apenas, ¡oh hermosa!
Si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.



II

Saeta que voladora
cruza, arrojada al azar,
sin adivinarse dónde
temblando se clavará;


hoja del árbol seca
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde a caer volverá;


gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar,
y rueda y pasa, y no sabe
qué playa buscando va;


luz que en los cercos temblorosos
brilla, próxima a expirar,
ignorándose cuál de ellos
el último brillará;


eso soy yo, que al acaso
cruzo el mundo, sin pensar
de dónde vengo, ni adónde
mis pasos me llevarán.


IV

No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.


Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista;


mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!


Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
Y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista;


mientras la humanidad siempre avanzando,
no sepa a do camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!


Mientras sintamos que se alegra el alma
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;


mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan;
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesía!


Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;


mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!


No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.


Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista;


mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!


Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
Y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista;


mientras la humanidad siempre avanzando,
no sepa a do camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!


XXI

—¿Qué es poesía? —dices, mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul—;
¿Qué es poesía...? ¿Y tú me lo preguntas?
¡Poesía... eres tú!

b)Sobre El Amor:


XXIII

Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso... ¡yo no sé
que te diera por un beso!



XXVIII


Cuando entre la sombra oscura

perdida una voz murmura

turbando su triste calma,

si en el fondo de mi alma

la oigo dulce resonar,

dime: ¿es que el viento en sus giros

se queja, o que tus suspiros

me hablan de amor al pasar?



Cuando el sol en mi ventana

rojo brilla a la mañana

y mi amor tu sombra evoca,

si en mi boca de otra boca

sentir creo la impresión,

dime: ¿es que ciego deliro,

o que un beso en un suspiro

me envía tu corazón?



Y en el luminoso día

y en la alta noche sombría,

si en todo cuanto rodea

al alma que te desea

te creo sentir y ver,

dime: ¿es que toco y respiro

soñando, o que en un suspiro

me das tu aliento a beber?


XXIV

Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.


Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan.


Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.


Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al reunirse en el cielo
forman una nube blanca.


Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.

c)Sobre El Desengaño & El Fracaso

XXXVIII

Los suspiros son aire y van al aire!
Las lágrimas son agua y van al mar!
Dime, mujer, cuando el amor se olvida
¿sabes tú adónde va?

XLX

Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!
¡No pudo ser!


Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme! ...
¡No pudo ser!


Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder:
la senda estrecha, inevitable el choque ...
¡No pudo ser!

d)La Desolacion Absoluta:

LII

Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!


Ráfagas de huracán que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas,
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!


Nubes de tempestad que rompe el rayo
y en fuego encienden las sangrientas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!


Llevadme por piedad a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad!, ¡tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!



LIII

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.


Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas... ¡no volverán!


Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.


Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día....
ésas... ¡no volverán!


Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.


Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate,
¡así no te querrán!


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